lunes, 31 de marzo de 2014

¿Mas es mejor?

¿Mas es mejor? Trabajamos mas porque nos engañaron diciendo que cuanto más mejor y seguimos creyéndolo aunque no nos demos cuenta, además estamos construyendo nuestra vida sobre la “verdad” de que ganaremos mas a medida que pasen los años, debido a que tendremos mas responsabilidades e iremos ascendiendo en nuestro campo. Con el tiempo podremos conseguir, en consecuencia, mas bienes, mas prestigio, mas de todo. En lugar de estar satisfechos, cuanto mas tenemos, mas queremos y menos satisfechos estamos. ¿Por qué tiene que ser necesariamente cierto que dentro de 5 años vamos a cobrar más dinero que actualmente? ¿No podría ser que hubiese una crisis y la empresa redujera sueldos, o incluso puestos de trabajo y nos encontráramos en la calle? ¿No podría ser que nuestras circunstancias económicas empeorarán? Nos estamos preparando para lo mejor y consumimos como si nos fuese a ir mejor, cuando en realidad deberíamos “esperar lo mejor y prepararse para lo peor”. De esta forma seremos optimistas y precavidos a la vez. No solo consumimos mas porque esperamos ganar mas en el futuro, también lo hacemos porque hemos convertido mas igual a mejor en un axioma, en una verdad irrefutable, tener una casa mas grande es mejor que tener una pequeña o mediana, tener un coche mas grande es mejor que tener un utilitario, tener dos coches es mejor que tener uno, tener tres televisores es mejor que dos, y así con todo. Y sinó queremos tener dos simplemente cambiamos uno viejo por uno nuevo, cambiamos la televisión de tubo que funciona por una plana, la plana por una de leds, la de leds por una HD, la HD por una Full HD, solo tenemos una televisión pero es la misma mentira, mas = mejor, mas prestaciones = mejor. Consumir más, además de costarnos mucho dinero, está demostrado que al final resulta contrario a lo que realmente queríamos conseguir: satisfacción y seguridad. 1º Mas posesiones = mas insatisfacción. Si su intención es tenerlo todo, nunca le alcanzará con todo lo que tiene. Cada vez caeremos en más deudas y a menudo en más insatisfacción e infelicidad, ese mas siempre resulta insuficiente, cuando ya tenemos lo que deseamos queremos otra cosa, solo somos felices justo antes de poseerlo, como dice el sabio: “la felicidad está en la antesala de la felicidad”. 2º Mas posesiones = más gastos. 3º Mas posesiones = mas sitio para guardarlo. Cuantas mas cosas tengamos menos espacio tendremos, además necesitaremos disponer de mas sitios (tener un domicilio mas grande, necesitaremos un trastero o un garaje) para guardar todos los bienes, por lo que incluso es posible que tengamos que “comprar” mas espacio. 4º Mas posesiones = mas inseguridad. Cuantos mas bienes poseemos mas miedo tenemos a perderlos o a que nos los roben. Si tenemos una bici vieja y nos la roban nos sabrá mal, pero si nos roban una bici nueva y cara nos sentiremos mucho peor, y aunque no nos la roben, tendremos mas inquietud por que le pase algo (robo, daño, perdida) a una cosa nueva que a una cosa vieja. El dinero se ha convertido en el principio sobre el cual gira toda nuestra vida, el dinero se ha convertido en un fin y no en un medio para conseguir objetivos mayores (mas tiempo para estar con la familia, viajar y conocer otros sitios y culturas, etc). Cuando nos preguntan porque queremos cambiar de trabajo seguramente responderemos que para ganar mas dinero, cuando realmente nuestra respuesta debería ser: - Para reducir horario y llegar antes a casa. - Para trabajar mas cerca de casa y poder recoger a los niños en el colegio. - Para trabajar en un trabajo que me gusta mas. - Para ganar mas dinero porque mis padres tienen una necesidad económica. - Para ganar mas dinero porque necesitamos puntualmente mas dinero para cambiar de vida (irnos a otro país, montar un negocio, etc). - …

miércoles, 26 de marzo de 2014

Deshacerse de la publicidad

Deshacerse de la publicidad La publicidad es el gran aliado del capitalismo bestial, nos crea deseos que confundimos con necesidades y nos provoca insatisfacción mientras no poseemos esos objetos publicitados. La publicidad nos anima a consumir vorazmente presentando ante nuestros ojos y oídos objetos que no necesitamos, que ni tan siquiera deseamos y que a veces ni sabemos que existen. No necesitamos cambiar de móvil cada año, ni cada 2 años, ni cada 4 años, y lo hacemos por el mero deseo de poseer el último modelo, o por tener un móvil con un montón de funciones inútiles. No necesitamos ropa y en cambio nos dicen que hay rebajas y que tal o cual prenda tiene un 50% de descuento, y que “somos tontos” si nos las compramos. Así que lo que vamos a hacer es comportarnos como personas inteligentes y rechazar la publicidad. • La publicidad del buzón de casa directamente a la papelera sin ni mirarla. • Los diarios gratuitos ni cogerlos. Los diarios gratuitos son gratuitos porque son el soporte de publicidad, y la “información” interior en muchos casos también es publicidad. Aparece tal o cual grupo de música o escritor que han sacado nuevo material, cuando lo que se pretende es que lo adquiramos. • Intentar no ver publicidad en la televisión. Ver series o programas descargados de Internet. Aprovechar las pausas de publicidad para lavar los platos, tender la ropa, limpiarse los dientes,… Es imposible evitar toda la publicidad, así que en caso de ver algún tipo de publicidad verla con ojos críticos. ¿Te parecen “normales” los anuncios de colonia (por ejemplo el de “busco a Jacks”)? ¿Cuándo abres una botella de cava aparecen sirenas y famosos en tu casa? ¿Cuándo vas a comprar al centro comercial llenas el carrito y no tienes que pasar por caja? Que no nos traten como tontos, mira la publicidad de una forma crítica. Pensando fríamente ¿comprarías una cosa que no necesitas (ni quieres) solo porque es barata? Si tu respuesta es afirmativa; tu tienda es el contenedor de basura, busca y encontrarás grandes gangas inútiles. Si no estás dispuesto a comprar solo porque es “presuntamente barato” no lo compres, por mucho que te lo anuncien.

lunes, 24 de marzo de 2014

Como nace el engaño del consumo

A comienzos de los años veinte, la capacidad de las máquinas para producir, permitió reducir los costes y por lo tanto el precio de los productos. Esta bajada de precios permitió a la clase media y baja poder satisfacer a mas bajo coste sus necesidades de ropa, alimentación y cobijo, sabiendo que ya tenían suficiente, los obreros solicitaron una reducción de la jornada laboral (para disponer de más tiempo para disfrutar del fruto de su trabajo). Los trabajadores no tenían interés en trabajar mas horas para ganar mas dinero, ya que con lo que ganaban tenían suficiente, debido a la bajada del precio de los productos y a que no tenían gastos superfluos (no estaban acostumbrados a tener el deseo de comprar otras cosas que no fuesen los bienes básicos), no tenían interés en adquirir los nuevos bienes y servicios, solo los viejos (alimentos, ropa y vivienda). Hacían falta nuevos mercados para la creciente abundancia de bienes que las máquinas producían y para que los fabricantes siguieran obteniendo ganancias. La idea que surgió fue hacer que esos productos los adquirieran las masas populares (las cuales no estaban para nada interesadas en adquirirlos), para ello se las educaría para querer (además de los bienes básicos) estos nuevos artículos que no necesitaban (ni querían), así nació el concepto de nivel de vida, para convencer a los obreros de que estaban trabajando para elevar su nivel de vida, en lugar de satisfacer sus necesidades básicas. Es decir, se les inculcó la idea de que cuanto más poseyeran (dinero, bienes, etc) mas por encima del resto estaban. El arma que utilizaron los fabricantes, y que se sigue utilizando, es la publicidad, un yugo que nos hizo esclavos sin saberlo. Cuanto antes nos libremos de esas nuevas necesidades y nos limitemos a cubrir nuestras necesidades básicas (alimentación, ropa y vivienda) antes dispondremos de mas tiempo, ya que no tendremos que trabajar tantas horas, nos encontraremos como los trabajadores de los años 20 sin ser engañados por el nivel de vida y la publicidad. Una forma de ahorro importante es el no consumo de publicidad.

Como hemos llegado hasta aquí

Si alguien nos pusiera una pistola en el pecho y nos diera: ¿La bolsa o la vida? Seguramente, le daríamos nuestra cartera. En cambio en nuestro día a día preferimos que nos roben la vida (nuestro tiempo y salud) y quedarnos con el dinero. En lugar de ganarnos la vida, nos matamos trabajando, nos matamos poco a poco, por eso no nos damos cuenta ¿Cuántas veces llegamos a casa llenos de energía después de trabajar durante todo el día? Es posible que consigamos muchas comodidades y lujos con esta rutina que nos agota poco a poco la vida pero ni siquiera nos planteamos cambiarla. Preferimos trabajar de 8 de la mañana a 5 de la tarde por 1500€ mensuales a trabajar de 8 de la mañana a 12 del mediodía por 750€. ¿De que nos sirve el dinero si no tenemos tiempo (ni fuerza) para disfrutarlo?. Hay una forma diferente de tomarse la vida en la que no haya que plantearse elegir entre la bolsa o la vida. Si al menos fuésemos más felices con este estilo de vida basado en tener más dinero en el banco, pero es que no es doblemente falso, no somos felices trabajando mas para tener mas dinero, en un estudio realizado recientemente se comprobó que los trabajadores que mas infelices eran aquellos que menos y que mas dinero ganaban, en cambio los que ganaban un “dinero” medio eran los mas felices. Por otro lado también es falso que trabajemos mas para tener mas dinero en el banco, ya que cada vez trabajamos mas, para tener mas dinero, pero realmente ahorramos menos. Es decir que ni somos más felices por tener más dinero, y además realmente no tenemos mas dinero. No solo ahorramos menos, sino que también ha subido nuestro nivel de endeudamiento, este nivel de endeudamiento es una de las principales trabas para caer en la rutina de trabajar de 8 a 5. Entre las hipotecas, las financiaciones, los créditos de las tarjetas y los personales, no podemos permitirnos abandonar esta carrera de ratas que es trabajar de 8 a 5 para pagar las deudas, unas deudas que adquirimos al comprar demasiados productos/servicios, unos productos o servicios que compramos para evadirnos de nuestra tediosa jornada laboral de 8 a 5. Trabajamos para pagar facturas, aunque en realidad gastamos más de lo que ganamos para comprar más de lo que precisamos, y todo ello porque nuestro esfuerzo cotidiano no nos hace felices, al contrario, nos hace infelices. ¿Cómo romper este círculo vicioso? Muy sencillo, empezar a comprar solamente lo que precisamos, sin lujos, sin alardes, con inteligencia, en poco tiempo tendríamos pagadas nuestras deudas, y una vez superadas/pagadas las deudas ya tendríamos más ingresos que gastos, cuanto más dinero tengamos ahorrado, más libres seremos para cambiar de vida.

martes, 18 de marzo de 2014

¿que es la inteligencia financiera?

Si en el colegio nos hubiesen enseñado además de matemáticas un poquito de economía, muchas personas no tendrían problemas para gestionar su dinero. No estoy hablando de aprender a hacer grandes números, solamente aclarar lo que son los ingresos, los gastos, el patrimonio, la deuda, los intereses, los activos y los pasivos. Sabemos trabajar para ganar dinero, pero no sabemos cómo gestionarlo. Una de las claves para gestionar bien nuestro dinero es lo que se llama independencia financiera, se trata de observar de forma objetiva nuestro comportamiento financiero, cuantificándolo, analizándolo y actuando en consecuencia, o lo que es lo mismo analizar el dinero desde un punto de vista matemático, eliminando la parte psicológica y social del mismo, es decir, desprenderse de las emociones e hipótesis (prejuicios y presunciones) respecto al dinero y analizarlo objetivamente. Analizando nuestro dinero de una manera objetiva: -Evitaremos gastar más de lo que ganamos. -Conseguiremos ahorros suficientes para imprevistos. -Amortizaremos antes nuestras deudas y evitaremos caer otra vez en ellas. -Tendremos las herramientas para alcanzar antes la libertad financiera. La inteligencia financiera (tener conceptos básicos de economía (ingresos, gastos, patrimonio, ahorro, activos, pasivos, etc) tratada desde la independencia financiera (mirar la economía desde un punto de vista objetivo (puramente matemático, 1000-1001=perdida de patrimonio) puede conducir a la libertad financiera (nuestros ingresos sin trabajar superan a nuestros gastos). La libertad financiera consiste en disponer de ingresos suficientes para satisfacer nuestras necesidades y comodidades, estos ingresos tienen que proceder de un activo que no sea nuestro empleo. Es decir, la libertad financiera se consigue cuando nuestros ingresos sin trabajar son superiores a nuestros gastos. La libertad financiera es una consecuencia natural e inevitable durante nuestra vida, llegará un momento a partir del cual ya no tendrá que trabajar para conseguir ingresos, puede ser en forma de jubilación normal, jubilación anticipada, baja por invalidez, etc. Trabajar toda la vida (desde los 22 años hasta los 65 años (con suerte)) para conseguir la recompensa al final de ella (después de 43 años), cuando menos vitales nos encontramos, no parece ni atractivo ni inteligente, pero aún así no nos planteamos cambiar. Intentar cambiar esto es lo que llamaríamos inteligencia financiera, el analizar que trabajamos durante 43 años (cuando mas sanos estamos) para después recibir la recompensa a los 65 años cuando no estamos tan sanos, sería tratar el asunto con independencia financiera. La finalidad principal de este libro es conseguir la libertad financiera lo antes posible, sin tener que esperar a la jubilación, además se explica partiendo de un sueldo normal, sin pelotazos, ni actuaciones riesgosas, solo aplicando el sentido común y librándose de “necesidades inútiles”. Cuanto antes logre desembarazarse de las “falsas necesidades” del mundo moderno antes conseguirá la libertad financiera. Con la libertad financiera no solo se consigue no tener que trabajar, lo que realmente se consigue es: -libertad para poder hacer cambios substanciales en su vida (de domicilio, de trabajo, de hábitos) sin tener que preocuparse por su puesto de trabajo/nomina. -y tiempo, para hacer lo que quiera, para dedicarlo a educar a sus hijos, para estar con su familia, para realizar un cambio de vida, para sus hobbies. Si realmente no desea (o no puede) alcanzar la libertad financiera lo que sí que conseguirá seguro es: -Que el dinero deje de ser una preocupación, ya que sabrá gestionarlo. -Reducirá su dependencia laboral, ya que sabrá ganar dinero de formas diferentes a la nómina. -Dispondrá de más tiempo libre ya que no necesitará trabajar tantas horas. -Podrá dedicarse a un trabajo que realmente le guste aunque no esté tan bien remunerado como su anterior “bien remunerado” trabajo. No conseguirá vivir completamente de sus ingresos “no-nomina”, pero gozará de la libertad que aporta el saber manejar sus ingresos y gastos (inteligencia financiera). Al principio es posible que tenga la sensación de que hace falta apuntar muchas cosas y que el sistema no es cómodo, en cuanto haga los pasos iniciales del libro (que solamente hay que hacerlos una vez) y se acostumbre a llevar consigo lápiz y papel (para apuntar gastos) se dará cuenta de lo fácil que es y podrá saber dónde va su dinero (y su tiempo). Además le ayudará a analizar las horas que dedica a trabajar y los gastos que cualquier trabajo lleva asociados (desplazamientos, desayunos, tiempos muertos,…) y a apreciar las horas que dedica a lo que realmente le gusta. Se dará cuenta de que lo realmente importante no cuesta dinero, y que lo no importante le está costando tiempo.

jueves, 13 de marzo de 2014

De dónde venimos

La revolución industrial tuvo éxito porque ayudó a suministrar bienes necesarios. La mecanización agrícola permitió alimentar a más personas a un menor precio, con lo que en teoría se acabó con el hambre en el primer mundo. Una vez cubiertas las necesidades, pasamos a cubrir nuestros deseos, a permitirnos lujos antes inimaginables para generaciones inmediatamente inferiores (¿Cuántas veces nuestros padres han viajado al extranjero? ¿y nosotros? ¿Cuántos coches tuvieron nuestros padres a lo largo de su vida? ¿y nosotros? Nuestros hijos, que ahora tengan por ejemplo 4 años ya han tenido mas juguetes de los que nosotros tuvimos durante toda nuestra infancia y juventud), del lujo hemos pasado al exceso. La revolución industrial y con ella el dinero hizo libre a generaciones que no tenían posibilidad de tener vivienda, ropa y/o alimento, pero las últimas generaciones no hemos sabido (y no nos han dejado/ayudado) aprovechar ese dinero para convertirlo en tiempo y libertad, mas bien al contrario, hemos adquirido cadenas de oro, pero al fin y al cabo cadenas. El sistema nos ha hecho confundir nuestros deseos y convertirlos en necesidades. Nuestros padres deseaban tener una televisión en casa, y nosotros necesitamos una televisión en cada habitación. Hemos convertido los deseos en necesidades. Estas necesidades nos convierten en esclavos. El estadounidense medio trabaja un 20% mas ahora que en 1973 y dispone de un 32% menos de tiempo por semana. Trabajamos mas y tenemos menos tiempo, y lo hacemos porque queremos, porque queremos cosas que no necesitamos, cosas que nos obligan a trabajar mas horas para conseguirlas y que por lo tanto nos roban nuestro tiempo. En otro tiempo trabajábamos para algo, para conseguir un fin (para cubrir unas necesidades, mayores o menores), en cambio ahora no nos planteamos porque trabajamos, simplemente vamos nos levantamos, nos aseamos, nos vestimos, vamos a trabajar, trabajamos las horas que nos dicen, volvemos a casa y nos sentamos agotados. Pero, ¿Por qué trabajamos ahora? Una vez cubiertas las necesidades básicas de vivienda (sin lujos), ropa (no ostentosa) y alimentación (sin excesos) ¿que mas necesitamos?¿un coche? ¿un viaje? ¿comprar algún libro, algún disco? ¿salir a cenar algún día al mes? Donde está el límite. Destinamos tanto tiempo a ganar dinero que no nos planteamos cuales son nuestras necesidades ni nuestras prioridades. El lugar de ayudarnos a ser mas independientes y a sentirnos satisfechos, hemos creado más dependencias, nuestros deseos se han convertido en necesidades y finalmente en obligaciones. Estas necesidades nuevas realmente no son necesidades, por lo que deberíamos ser capaces de liberarnos de ellas fácilmente y así también de las obligaciones. A pesar de que ya han cambiado nuestras condiciones de vida (fácilmente tenemos cubiertas nuestras necesidades de vivienda, ropa y alimentación seguimos con las viejas normas de producción y consumo de bienes materiales, por lo que nuestro alto nivel de vida no ha traído como consecuencia una mejor calidad de vida.

Presentación

En este blog encontrarás las herramientas tanto económicas como psicológicas para alcanzar la libertad financiera a partir de una disminución radical de sus gastos y un aumento exponencial de sus ingresos. Os iré comentando mi experiencia desde cero para alcanzar la libertad financiera.